Los terapeutas los estados del Yo con frecuencia se refieren a una «familia de yoes». No significan literalmente que una persona tenga múltiples personalidades. En cambio, cada uno de nosotros debe navegar por varias identidades y roles discretos. Por ejemplo, una mujer puede adoptar el papel de protectora de sus hijos pero sentirse como una niña temerosa o descuidada con su madre. La terapia los estados del Yo tiene como objetivo identificar estos diferentes roles y luego integrarlos en un yo coherente.
Los estados del Yo son una adaptación a diversas circunstancias de la vida, más que estados innatos del ser. A veces, una persona se queda estancada en un estado del ego o descubre que un estado del Yo ya no es beneficioso. Una víctima de abuso infantil, por ejemplo, podría quedarse atrapada en el papel de un niño asustado. Esto podría provocar ansiedad, relaciones poco saludables y otros patrones de comportamiento basados en un estado del Yo que ya no es funcional.
Los terapeutas los estados del Yo identifican cuatro estados del yo distintos:
Un estado de ego no resueltos es un Yo que ha experimentado un evento traumático que aún no ha procesado. Los estados del ego no resueltos causan reactividad emocional y requieren la resolución del trauma.
Los estados del yo en conflicto son aquellos que están en conflicto entre sí. Conducen a una sensación de conflicto interno y la terapia de los estados del yo tiene como objetivo resolver el conflicto.
Los estados retro son estados del Yo que alguna vez funcionaron pero que ya no son dañinos. La terapia de los estados del yo se esfuerza por ayudar a estos estados a aprender a salir solo cuando son útiles.
Los estados normales del yo son estados saludables que se reconocen abiertamente, que no están en conflicto ni son desadaptativos. El objetivo de la terapia de los estados del Yo es lograr estados del yo normales.