El objetivo principal de MBT es aumentar la capacidad de mentalización de un individuo. Para hacerlo, un terapeuta se enfoca en el estado mental de la persona, incluidos sus pensamientos, sentimientos y deseos. Uno de los objetivos iniciales del tratamiento es estabilizar cómo se expresa la emoción en la terapia, lo que puede significar ayudar al individuo a controlar sus emociones para que no actúe impulsivamente. La regulación de la expresión emocional a menudo se considera necesaria antes de que un individuo explore cómo funcionan su mente y la de los demás.
Las técnicas específicas utilizadas en MBT varían mucho, ya que muchas intervenciones que mejoran la capacidad de mentalización de una persona se perciben como útiles. Un terapeuta puede hacer preguntas que ayuden al individuo a explorar su propio estado mental o hacer interpretaciones para ayudar al individuo a comprender mejor sus propios pensamientos o deseos.
Aunque hay una variedad de técnicas utilizadas en MBT, los profesionales mantienen una postura terapéutica específica durante el curso de la terapia. Esta postura generalmente implica curiosidad y paciencia mientras el terapeuta y la persona en terapia exploran diferentes perspectivas. En estos casos, el terapeuta acepta que existen diferentes perspectivas y cuestiona al individuo sobre su experiencia personal mientras mantiene la conciencia de su propio proceso de mentalización. La sesión de terapia puede proporcionar un espacio para comprender los procesos mentales que ocurren tanto dentro como fuera de la terapia.